(…) / Y una niña sola, más lejos, envuelta en polvo y en sus pobres ropas viejas, / y una mujer, no mejor vestida, que entra al rancho sin un árbol… / ¿Le pedirán los chicos la leche que no trae y las galletas duras que no trae?/Oh, los niños suelen llorar por eso cerca de las verbenas y de las hierbas perladas… /(…)
Juan L. Ortiz